Posesiones a través del alcoholismo
Muchas personas afirman que los demonios están en nuestro alrededor
constantemente, probándonos en algunas ocasiones a hacer cosas que no forman
parte de nosotros mediante el control de nuestras mentes. Una posesión demoníaca
es un estado en el que uno o varios espíritus demoníacos acceden al cuerpo de
una persona tomando el control total sobre su voluntad.
En tal condición, el
espíritu demoníaco utiliza el cuerpo del individuo para expresar su
personalidad y llevar a cabo sus malas intenciones. Algunos expertos
demonólogos apuntan a que el consumo excesivo de alcohol no sólo sirve como una
forma de inhibición de nuestros problemas, es una puerta de acceso a otras
dimensiones pudiendo ser utilizada por ciertos seres, facilitando el control de
su víctima en forma de posesión. El alcohol tiene una larga historia en las
religiones, el espiritismo y el ocultismo siendo parte importante para
ceremonias y rituales, siendo esto la parte más oscura de las bebidas
alcohólicas.
El alcohol en las diversas
culturas y religiones
La adoración por el alcohol ha sido un tema común a través de diversas
formas de espiritismo y encarnaciones de culto de muchas denominaciones
religiosas. De la adoración y reverencia de la deidad griega Dioniso, dios del
vino y de la fertilidad, a la práctica generalizada de la Eucaristía
(comúnmente conocida como la Santa Comunión) como un sacramento en las formas
del cristianismo y el catolicismo, el alcohol siempre ha sido visto como una
representación de los seres del más allá de nuestra existencia. El alcohol ha
sido durante mucho tiempo un símbolo de la importancia divina en las religiones
occidentales, como el cristianismo, el catolicismo y el judaísmo, pero también
ha sido parte importante en muchas de las prácticas ceremoniales y religiosas
de las religiones de Oriente Medio, así como las culturas de América del sur,
en particular, las culturas aztecas y del antiguo egipcio.
Los aztecas eran muy conscientes de las propiedades del alcohol, conocida
como Pulque, y eran un componente necesario para la adoración de los dioses
lunares y terrestres conocidos como los Centzon Totochtin. Para los antiguos
egipcios, el vino era un producto caro bebido por los que podían permitírselo,
utilizado para grandes eventos funerarios y tradiciones locales. El consumo del
alcohol en Egipto, sobre todo la cerveza y el vino, se asocia con Osiris, el
dios de la resurrección, pues él era el dios más adorado. Las ofrendas de
alcohol se hacían a Osiris en momentos de eventos u ocasiones especiales. La
creencia de que al morir una persona viajaba al más allá (que requería del
consentimiento del faraón), fue acompañada por la creencia de que uno podía
llevar sus pertenencias con ellos, siendo la cerveza “el equipaje” más popular.
Posesiones demoníacas y el alcoholismo
En la actualidad, son muchas las personas que creen que algunos alcohólicos están poseídos por demonios, destrozando a familias enteras por el alcoholismo. La idea en sí puede parecer extraña, a no ser por los muchos casos que ocurren con un comportamiento anómalo en la victima, llegando a destruir todo en cuanto les rodea. Ellos se ven afectados en el alma, la mente y el cuerpo. Cuando las personas beben en exceso sus cuerpos son espiritualmente más abierto a otras entidades, dando a su mente y a su cuerpo el paso definitivo a la posesión demoníaca. El “ser” que llega a controlar a la víctima ejerce un poder de destrucción y degradación haciendo perder el control de sus sentidos o de la misma persona. Según muchos expertos, la persona poseída por el alcoholismo se deteriora de tal manera que se hunden en cólera y alucinaciones, a su vez que el demonio o los demonios claman por más alcohol, torturando el alma y el espíritu hasta que no pueden descansar, dormir o hacer cualquier simple actividad. Cada vez que tratan de satisfacer su sed de alcohol, terminan por complacer a los demonios que viven dentro de ellos, pero sólo por un cierto periodo de tiempo.
Quien permite la entrada de demonios, no encontrará la satisfacción en el alcohol, solamente tendrán un frenesí constante de frustración que nunca puede ser satisfecha, serán poseídos por el deseo de matar, matar, matar y destruir. Por ejemplo, un demonio asesino deja de torturar la persona que posee sólo cuando comete el acto final, el asesinato. Es lo mismo que pasaría con un espíritu alcohólico, dejará a una persona solitaria sólo hasta cuando le haya arruinado la vida.
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